El sistema digestivo de tu hijo pasa por muchos cambios. La diarrea se refiere a cambios en la consistencia y en la frecuencia de las evacuaciones y puede traer sensaciones de malestar en tu hijo.
Por lo general, las heces normales de un niño pequeño son de color amarillo, verde o marrón, con una consistencia de puré de manzana o plastilina, pero se puede considerar anormal cuando éstas son blancas, muy líquidas o cuando ves sangre o exceso de moco en ellas.
Aprende a reconocer los síntomas y cómo puedes ayudar a que tu hijo se sienta mejor.
La diarrea puede ser ocasionada por una infección o por la incapacidad de tu niño para digerir adecuadamente los nutrientes de los alimentos. Cuando las heces de tu hijo repentinamente son más líquidas y más frecuentes de lo normal, ¡cuidado! porque se podría tratar de diarrea.
¿Cuándo deberías preocuparte?
Si la frecuencia y el volumen de las evacuaciones se han hecho excesivos o si observas algunos de los siguientes síntomas llama a su Pediatra o al Profesional de la Salud:
Si tu hijo presenta diarrea y tiene los ojos hundidos, está inquieto, respira rápido y tiene la boca seca o lengua espesa puede ser signo de deshidratación y puede necesitar terapia de rehidratación oral como Pedialyte. Consulta a un Profesional de la Salud inmediatamente.